Me hundieron los miedos y la desesperación
coagulando cada vez más mi deseo de ruina
terminé de afrontar los duelos cuando empezaba uno distinto
me sometí a mi misma a la desgracia
y me salió una nariz verde
porque sin dar cuentas ajenas a nadie
me hundí como el barco de la tele
me bloqueé hasta el punto de matarme
ni comida
ni ocio
ni vendas en los ojos de todas
sumida en versos de tristeza y masacre
tocando el suelo de la Pachamama
crecí en espiral
y me retorcí
hasta el punto de romperme.
Cada pedazo
sonrió en tiempos de escándalos en burdeles;
las copas aplaudieron tanta rebeldía
y se sonrojaron las tortugas
mis dedos crecieron
se posaron en todas
y dieron las gracias.
Cada pedazo
desapareció,
y en horas de llanto
se dibujaron rosas
con cristales
que se iban rompiendo y marchando a otra laguna
Siete años ya
y aun no se crearon lazos entre tantas lagunas
Aunque se absorvió el horizonte,
las lágrimas entre los pedazos
jamás secaron.
Cada laguna de agua que hay en las tierras
está formada por la tristeza de muchas personas
que laguna a laguna
dicen
que se fueron sanando.
