Para que lo vas a hacer
si no vas a escuchar
Yo te recuerdo tan bonita.
Yo te siento tan felíz,
tan dulce
y tan llena de vidas.
Para que lo vas a hacer
si no es coherente así.
Era más fácil
cuando sólo consistía en reír tonterías
en hablarle al drama ajeno
y jugar al juego eterno
de un quizás y un puedo
de un ni contigo ni sin ti.
Yo veía muchos mundos,
y a veces,
comprendía el laberinto principal,
aunque me perdiese,
yo era mi propia perdición.
Me perdía,
te quería,
un pasito menos
o un pasito más.
Las cloacas caían y traían recuerdos,
y a veces,
no se veían tan oscuros los laberintos,
otras,
apenas se veían.
Bájate,
que ya no es tan terrible estar aquí.
Para que lo vas a hacer
si ya hay un dolor neutro lleno de sábanas blancas.
Álzate,
que se va el tiempo.
Si escuchamos a los árboles,
y al viento que susurra.
Llamarás a la honestidad
de la libertad que nos hizo libres.
Era más bonito
cuando no era tan bonito.
Dí que sí,
que es mejor así.
Yo quería enternder mis miedos
y los tuyos.
Quería
romper cristales
y hablar menos de un nosotros.
Ya entendí,
creo que la dinámica es
ni contigo ni sin tí.
Para que lo voy a hacer
si ya ni sé si lo quiero entender.
Bájate,
que ya no es tan terrible estar aquí.
Siéntate,
prenda,
que entre tanto humo,
hoy,
yo,
me quedo aquí.